¿Cómo evitar la contaminación de mantos freáticos?

aguas sucias

Con el paso de los años, gracias a la tecnología y otros factores los seres humanos hemos crecido en número, lo que significa que se requieren más y más recursos para mantenernos. Uno de estos recursos imprescindibles es el agua, por lo que dependemos de los mantos de agua superficiales y subterráneos.

El problema está en que muchas de nuestras acciones tienen un efecto negativo en el equilibrio biótico de estos cuerpos de agua.

La buena noticia es que está en nuestras manos prevenirlo. Vamos a aprender cómo evitar la contaminación de mantos freáticos, porque de ello depende nuestra supervivencia, y cómo integrar tecnología auto-sostenible como el Biodigestor Rotoplas puede hacer una gran diferencia para la conservación de los mantos de agua subterráneos.

¿Qué son los mantos freáticos?

Conocidos también como nivel freático, napa o tabla freáticas, los mantos freáticos son las capas de agua que se acumulan en el suelo a una profundidad determinada. Puede hacer referencia a los acuíferos libres o a zonas de saturación creadas por la lluvia. Imagina que el suelo se compone de diversas capas sólidas y en medio de ellas existen capas formadas por agua.

Los acuíferos libres son pozos subterráneos, en los que hay una capa superior permeable, que permite que se recarguen. El manto freático se forma cuando la lluvia se infiltra en el suelo, lo satura, pero tropieza con una capa del suelo impermeable, que no absorbe el agua, así que el agua comienza a acumularse y alcanza cierta altura.

Los mantos freáticos son imprescindibles, porque las plantas se nutren de ellos usando sus raíces más profundas. Por otra parte, son fuentes importantes de agua potable para el uso humano. Cuando se cava un pozo profundo, se está accediendo al manto freático.

¿Cuáles son las principales causas de contaminación de los mantos freáticos?

Actividades agrícolas

Para lograr un rendimiento óptimo de los cultivos es imprescindible el uso de fertilizantes y plaguicidas. El problema es que estos compuestos químicos se infiltran al suelo por acción de la lluvia o el riego, alcanzando el manto freático. Los fertilizantes, por ejemplo, aportan nitrógeno, potasio y fósforo, y se ha demostrado que al menos el 50% de estos nitratos llegan por infiltración.

Los plaguicidas, que en muchas ocasiones pueden contener metales pesados, son insecticidas, herbicidas y fungicidas que se emplean para tratar las plantas. Muchos de estos no se degradan con rapidez, mientras que otros producen sustancias al degradarse que terminan siendo más tóxicas.

Actividades industriales y mineras

Generan efluentes que van desde desechos orgánicos de animales hasta productos químicos de manufacturas. Cuando se vierten estos desechos sin tratar al suelo o a ríos y otros afluentes superficiales, una buena parte irá a parar a los acuíferos subterráneos. Si los desechos son sólidos y se dejan a la intemperie, la lluvia los arrastra. 

En el caso de la minería puede ser peor, porque no sólo se trata de los residuos producidos por el tratamiento mineral, sino que a veces se usa mercurio u otros metales pesados, que invariablemente son arrastrados a las aguas superficiales y subterráneas.

Aguas residuales

Las aguas residuales, conocidas también como aguas negras o aguas servidas, son uno de los contaminantes principales de los mantos freáticos. Con el crecimiento poblacional también se han aumentado los desechos sólidos y no todos los asentamientos urbanos cuentan con un sistema de alcantarillado y acueducto capaz de procesar adecuadamente todos estos desechos. A esto también debemos sumar los desechos industriales.

Muchas veces estas aguas negras reciben un tratamiento insuficiente en un pozo negro o fosa séptica improvisada, mientras que la mayoría de las veces van a parar directamente al suelo o a cuerpos de agua superficiales. Esto aporta contaminantes como nitratos, microorganismos patógenos, virus y más a los mantos freáticos.

¿Cómo evitar que las aguas residuales contaminen el ambiente?

Tener plantas de tratamiento adecuadas y sistemas de acueductos y alcantarillado que alcancen incluso las zonas rurales o retiradas. Pero aún no es suficiente, por lo que es imprescindible tomar el problema en nuestras propias manos.

Los mantos freáticos contaminados por aguas residuales son foco de enfermedades para la comunidad, pues la mayoría de las veces quienes contaminan se sirven de estas aguas como fuente de agua potable. Invertir en prevenir esta contaminación es mucho más sencillo que lidiar con las consecuencias y para ello se requiere un método de tratamiento de aguas servidas que sea accesible para todos.

Biodigestor, la alternativa ideal

Un biodigestor autolimpiable es un equipo para el tratamiento primario de aguas negras y grises. Este sistema se encargará de tratar el agua para dejarla lista para ser descargada a un pozo de absorción. A simple vista luce como un tanque cerrado, pero en su interior hay un filtro anaerobio, que se encargará de acelerar el proceso de los desechos sólidos sin requerir electricidad, químicos ni combustible para su funcionamiento. Por su funcionamiento autónomo, es perfecto para viviendas que no cuentan con servicio de drenaje.

Biogestor Rotoplas

Es eficiente, no requiere mantenimiento especializado porque es autolimpiable. Una o dos veces al año se abre la válvula para dejar salir los lodos residuales, que pueden usarse como fertilizante orgánico para plantas ornamentales. Al ser hermético, no deja escapar ningún olor y no hay riesgo de roturas o fisuras. Ligero, fuerte e higiénico, es la opción perfecta para prevenir la contaminación del suelo y el agua.

 

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