Comer alimentos naturales y preparados en casa es uno de los secretos para mantener la salud y evitar enfermedades, pero si no se toman las medidas de higiene adecuadas puedes terminar contrayendo alguna enfermedad. Los alimentos son vulnerables, sobre todo aquellos que se consumen crudos, pues durante el proceso de producción, recolección y almacenamiento que recorre dicho alimento antes de llegar a tu mesa, queda expuesto a una serie de contaminantes que debes eliminar y esto se logra sólo lavándolos con agua limpia. Son varias las enfermedades que puede contraer una persona por no lavar los alimentos, por lo que es muy fácil evitar comprometer la salud con solo incorporar este paso en tu cocina.
El origen de la infección
Los alimentos pueden contaminarse por el uso de abonos orgánicos, que a veces contienen materia fecal de ciertos animales que pueden estar infectados con bacterias y otros patógenos. Asimismo, la contaminación del agua es un problema extendido y si se utiliza agua contaminada como agua de riego, se transmiten estos microorganismos a las verduras y frutas.
Pero la contaminación orgánica no es la única problemática de la que debemos cuidarnos, pues los pesticidas e insecticidas pueden quedar en la superficie de los alimentos. Además, durante el transporte y manipulación también puede haber contaminación. Como si fuera poco, en el hogar puede existir contaminación cruzada si no hay condiciones adecuadas de almacenamiento.
Por lo que ves, son muchas las causas y una sola la solución: lavar todo con agua limpia. Y es que no haces nada si lavas los alimentos con agua contaminada, pues no sólo no estás eliminando los contaminantes, sino que podrías estar agregando unos nuevos. De aquí surge la importancia de contar con un sistema de purificación de agua que sea confiable y adecuado; pues es la única forma de garantizar que estás eliminando cualquier microorganismo causante de enfermedades.
Enfermedades por no lavar los alimentos
Salmonelosis
Producida por la Salmonella, una bacteria presente en el intestino de animales y humanos. Entre sus síntomas, que aparecen entre 12 y 36 horas de haberse producido la contaminación, están la fiebre alta, vómitos, diarrea intensa y dolor abdominal. El mayor riesgo está en la deshidratación, pues esta enfermedad puede durar entre 5 a 7 días en su fase aguda.
Para evitarla se recomienda evitar el contacto entre carnes y huevos crudos con verduras que se consumirán sin cocer durante la preparación, ya sea por compartir utensilios durante la misma o por no lavarse las manos después de manipularlos. Se recomienda refrigerar los alimentos, pues esta bacteria prefiere los climas cálidos y húmedos.
Listeriosis
Producida por la bacteria Listeria Monocytogenes. Se puede encontrar en animales, agua y suelos por lo que se transmite con mucha facilidad, incluso al lavar alimentos con agua no purificada. Causa síntomas gastrointestinales (como vómitos, diarrea, dolor abdominal), pero en algunos casos puede causar meningitis, daños internos en diversos órganos y septicemia. En mujeres embarazadas puede producir abortos o muerte del feto en el nacimiento.
Para evitarla se deben lavar muy bien frutas y verduras, además de cocer bien las carnes y evitar lácteos sin pasteurizar.
Amebiasis
Producida por un parásito llamado ameba, son típicos de climas tropicales. Se alojan en el intestino grueso y son peligrosos porque pueden diseminarse a otros órganos y causar úlceras. Se contrae al ingerir los parásitos en el agua o alimentos contaminados. Sus síntomas incluyen diarreas fuertes, con presencia de sangre y colores abdominales fuertes. Si no se trata de forma adecuada, puede alcanzar una fase crónica, en la que el parásito se extiende y puede causar la muerte.
Para evitarla es importante disponer de forma adecuada de las aguas negras en casa y contar con sistemas de purificación de agua. Lavarse las manos, cocer muy bien los alimento y mantener la higiene en la cocina es imprescindible.
Botulismo
Causada por una toxina que produce la bacteria Clostridium botulinum, se encuentra en la tierra y peude transmitirse con facilidad a alimentos que se consumen crudos. Asimismo, hay riesgo en consumir alimentos enlatados o en conserva que hayan pasado su fecha de caducidad. Los síntomas de esta enfermedad incluyen visión doble, dificultad para hablar y tragar, boca seca, debilidad muscular, entre otros. Esto es porque la toxina altera el funcionamiento neuronal y comienza a aniquilar las células del organismo.
Para evitarla es importante mantener la higiene de los utensilios, alimentos y otros ingredientes. Además, evita consumir enlatados que tengan demasiadas burbujas, latas hinchadas o que estén en mal estado.
¿Cómo lavar los alimentos?
Para evitar las enfermedades por no lavar los alimentos no basta con enjuagar las frutas y verduras bajo el agua unos segundos. Lo ideal es lavarlas usando algo de vinagre, jabón de castilla y/o algún desinfectante. Algunas gotas de lejía o cloro en suficiente agua eliminará por completo todos los agentes patógenos de tus frutas y verduras.
Recuerda poner énfasis en la limpieza y lavado de aquellos alimentos que se consumen crudos y con piel. Las lechugas y otras hojas verdes que se consumen crudas son especialmente vulnerables, así que conviene desinfectarlas siempre. Conserva tus alimentos refrigerados y lava tus manos antes y después de manipularlos.