Si abres la llave del baño o cocina y sale agua potable de forma continua, entonces puedes considerarte dentro de un grupo de personas privilegiadas.
Se estima que diariamente mueren unos 4 mil niños alrededor del mundo por enfermedades adquiridas debido a la falta de agua potable. Apenas tenemos acceso al 1% del agua dulce del planeta, así que contar con agua en casa te exige un compromiso y la responsabilidad de aprender cómo cuidar de esta.
¿Por qué cuidar el agua potable?
Aprender a cuidar el agua potable es un deber, en la medida en que es un bien muy escaso, al que pocas personas tienen acceso ilimitado aún en centros urbanos. El agua que una persona desperdicia puede hacerle falta a otra en una locación más remota. Además, para que el agua viaje desde las fuentes naturales hasta la ducha de tu casa hace un largo recorrido, en el que es tratada para eliminar bacterias y virus y luego es distribuida por tuberías. Todo este proceso tiene un costo energético y de recursos, por lo que cuando no cuidas el agua no sólo estás desperdiciando el vital líquido, sino el montón de recursos que hicieron posible su viaje.
Cuidar el agua potable es una forma de proteger el futuro propio y el de toda la comunidad. Adquirir hábitos orientados a la conservación y el uso racional del agua es la única estrategia que funcionará para mejorar las crisis de agua a nivel mundial. Cuidar el agua es una tarea que nos debe involucrar a todos.
Consejos para cuidar el agua potable
– Consérvala de forma adecuada
Almacenar el agua es una opción para aliviar los problemas de desabastecimiento, pero debes saber que si lo haces de forma inadecuada, todo el agua puede afectar su color y sabor, obligándote a botarla. Evita usar tanques o recipientes de metal, pues tienden a corroerse y contaminan el agua. Prefiere los tanques de polietileno de color oscuro, que no inhiben el crecimiento bacteriano, no se agrietan, ni rompen y mantienen el agua potable en perfectas condiciones por mucho más tiempo.
– Mejora tus hábitos de consumo
No compres ropa, zapatos y otros objetos que no necesites, asimismo considera reducir un poco tu consumo de carnes y productos de origen animal. Esto es porque la producción de cada cosa están involucrados un montón de variables, recursos, pero sobre todo muchísima agua. Cuando consumes cosas que no necesitas, estás desperdiciando agua.
– Presta atención a tus hábitos
Tomar duchas cortas, cerrar la llave del agua mientras te aseas, utilizar la lavadora y lavavajillas en su máxima capacidad, entre otros pequeños cambios pueden representar un gran ahorro de agua al final de mes, que además se verá reflejado en la factura del pago del servicio. Cierra las llaves y repara los grifos que gotean. Evita usar el inodoro como basurero. El objetivo es no desperdiciar agua, ni siquiera de forma pasiva.
– Desecha el aceite de forma adecuada
Si bien es tentador y rápido tirar el aceite usado por el sumidero, evita hacerlo pues un litro de aceite es capaz de contaminar mil litros de agua. Utiliza un recipiente y llévalo a un centro de reciclado o tíralo a la basura en el envase bien tapado.
– Mejora el jardín
Siembra en tu jardín especies autóctonas, pues no sólo se convertirá en el refugio de insectos y otros pequeños habitantes de tu región, sino que las plantas se adaptarán al ciclo de lluvias y clima del lugar por lo que no necesitarán tanto riego y cuidados. Si de todas formas debes regar tus plantas, hazlo al final del día, justo antes del ocaso. De este modo el sol no evaporará el agua, el sol no quemará las hojas y la planta la aprovechará mejor.
– Evita el uso de pesticidas y fertilizantes químicos
Los pesticidas y fertilizantes químicos son sustancias que contaminan el agua y efluentes naturales, y además pueden afectar la salud. Hay alternativas de abonos e insecticidas naturales que tienen excelentes resultados, sin las consecuencias negativas para el entorno.
– Recolecta el agua de lluvia
SI estás en un lugar donde llueve con cierta regularidad, puedes considerar adquirir un sistema de recolección pluvial, que te permita aprovechar la lluvia para el consumo de agua en el interior de la vivienda o para regar campos y jardines.
– Limpia tanques y envases de recolección de agua
De nada sirve que tengas los contenedores adecuados para almacenar el agua si no están limpios, pues las bacterias y microorganismos que se forman dentro contaminarán el agua. Lo ideal es hacer el mantenimiento y limpieza regular de los tanques de agua y otros recipientes. Si has invertido en un tanque Rotoplas, sabrás lo sencillo que resulta hacer este mantenimiento gracias a sus materiales y diseño.