Los pequeños disfrutan mucho la hora del baño, pero siempre llega un momento en el que se convierte en un momento de tensión. Los niños a menudo ven el baño como una tarea aburrida o incluso una obligación desagradable, lo que complica las rutinas diarias y puede causar serios problemas para la paz hogareña. Si bien es cierto que es una etapa, resulta crucial convertir este momento en una experiencia positiva ya que es clave para su higiene, salud y bienestar general. Hay varias cosas que puedes hacer para que la hora del baño sea más divertida y con las duchas Rotoplas lograrás convertir ese momento en una tarea sencilla y deseada.
¿Por qué los niños no quieren bañarse?
Cada niño es diferente, pero podemos decir que existen varias razones comunes por las que muchos pequeños muestran resistencia a la hora del baño. Parece trivial, pero es importante conocer las razones para enfocar el abordaje del problema de forma precisa.
Miedo o incomodidad: Algunos niños temen el agua, especialmente si han tenido experiencias negativas previas, como agua demasiado caliente o fría, o jabón que irrita sus ojos. Esto es muy típico en niños pequeños. Una caída, un resbalón u otro momento desagradable puede causar un trauma.
Falta de interés: Para los niños más grandecitos, el baño puede parecer una interrupción de sus actividades favoritas, como jugar o mirar televisión. Están haciendo algo que les agrada un montón y deben detenerlo sólo para ir a bañarse, una actividad aburrida y larga.
Sensibilidad sensorial: Según un artículo publicado por la revista Psychology Today, algunos niños pueden experimentar sensibilidad sensorial extrema, lo que hace que las sensaciones del agua, el jabón o incluso el ruido en el baño sean extremadamente desagradables. Esto es común en niños neurodivergentes, como aquellos en el espectro autista o con ADHD.
Rutina inadecuada: Una rutina que no está bien estructurada o que no incluye actividades previas para preparar al niño puede generar resistencia. El simple hecho de sacarlo de lo que sea que está haciendo, sin previo aviso y meterlo al agua puede ser difícil y desagradable para el pequeño, por lo que se resistirá a bañarse.
Etapa del No: el niño ha aprendido que tienen la capacidad de cuestionar y opinar, comienzan a oponerse sistemáticamente a todo. Es como si probara negar todo para descubrir límites, mostrar personalidad y sentir que su opinión importa. Es una etapa y pasará.
Consejos para que la hora del baño sea más divertida
Convierte el baño en un juego: Usa juguetes para el agua, como patitos de goma, barcos o burbujas. Puedes crear historias imaginarias o juegos temáticos, como ser exploradores submarinos o piratas o sirenas. Es cosa de usar la imaginación, aunque recuerda que es importante no dejar el agua corriendo.
Incluye música: Crear una lista de reproducción con canciones divertidas puede ayudar a los niños a asociar el baño con momentos de alegría. Baila o canta. También puede ayudar a cronometrar el tiempo en la ducha, lo que ayuda para aquellos niños que les parece tedioso o largo bañarse.
Ofrece opciones: Permite que los niños elijan cosas simples, como el color de su toalla o el juguete que llevarán al baño, incluso el jabón o champú que usarán. Esto les da una sensación de control y los motiva.
Establece una rutina constante: Una rutina diaria clara ayuda a los niños a saber qué esperar. Por ejemplo, si saben que después del baño hay tiempo para un cuento o un premio pequeño, se sentirán más motivados. También saben que a determinada hora del día deben tomar un baño y podrán prepararse acorde a ello. Del mismo modo, avísale antes de que sea el momento del baño. Por ejemplo “apenas termines de ver ese capítulo, vamos a bañarnos”.
Haz del baño un momento agradable: Asegúrate de que la temperatura del agua y del cuarto de baño sea cómoda. El baño debe estar limpio y tener un olor agradable. Cierra las ventanas para evitar corrientes de aire y lo más importante: necesitas una ducha eléctrica con resistencia para mantener la temperatura adecuada.
Refuerza positivamente: Felicita a tu hijo por cooperar durante el baño y haz comentarios positivos, diles que el agua está rica, que está muy bien oler rico después de bañarse, que se ve más guapo cuando está limpio y comentarios similares. Esto crea una asociación positiva con la experiencia.
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El agua caliente es imprescindible
No importa que vivas en un lugar donde hace calor: el agua helada a la hora del baño no es siempre agradable y sorprende de forma negativa a un niño. Recordemos que los niños pequeños perciben su entorno de un modo distinto a nosotros. Imagina que estás calentito y contento, y de repente te meten en agua fría. Son más pequeños, más sensibles a los cambios de temperatura y a ciertos estímulos; por lo que una ducha con agua fría puede quedar como una experiencia negativa.
La forma más simple, económica y segura de tener agua caliente siempre a tu disposición es con una resistencia en la ducha eléctrica, pues calentará el agua de manera inmediata. Esto puede transformar completamente la experiencia del baño. La ducha eléctrica Rotoplas ha sido diseñada pensando en la comodidad, la seguridad y la eficiencia, por lo que es una opción ideal para las familias que necesitan hacer un cambio rápido sin invertir una fortuna.
Temperatura ideal de manera inmediata: Al contrario de un calentador de agua que tarda mucho en llegar a la temperatura adecuada, con las duchas eléctricas Rotoplas, puedes ajustar la temperatura del agua de forma rápida y precisa, asegurando que siempre sea agradable para los niños, sin riesgos de agua demasiado fría o caliente.
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Fácil instalación: Estas duchas son muy sencillas de instalar y no requieren un sistema de calefacción central, lo que las hace perfectas para hogares con diferentes configuraciones.
Eficiencia energética: Las duchas eléctricas Rotoplas están diseñadas para consumir poca energía, lo que beneficia tanto a tu bolsillo como al medio ambiente.
Diseño seguro: Las duchas Rotoplas cuentan con sistemas de seguridad que protegen a toda la familia, ofreciendo tranquilidad a los padres.
Mejora en la calidad de vida: Tener agua a la temperatura perfecta no solo facilita el baño de los niños, sino que también mejora la experiencia de todos los miembros del hogar, haciendo del baño un momento relajante y placentero.